miércoles, 24 de febrero de 2010

Ni rojo, ni amarillo, ni azul cyan...

Hoy es un buen dia para escribir.

Hoy no es un buen dia para reir,
para jugar a esconderse,
para pasear con Claudia.

Hoy, me han pedido el teléfono,
el dorsal,
el aurea.
Me han pedido muchas cosas hoy.
Que pare,
que continue,
que vuelva a repetir.

Hoy no es un buen dia para pedir cosas.
tendrás que esperar.
Tendrás que jugar con la estadística,
con el azar,
con la mediana aridmética o la moda.

Tendrás que resolver el acertijo
para dar con la combinación,
mi combinación.

Custodio tus risas. Custodia tu la mias...


custodio tus risas con un miedo de entreguerras.

Dándote el dia,

cortándote el pelo.

Sé cortar el pelo,

peinarte a lo francés.

Lavarte la cabeza

como me lavo las manos

ante los juicios justos.


Magdalena se tira del pelo,

y yo sólo hago que perder la vista

en el horizonte perpléjico de la semana.


Tanto esperpento

me termina por fulminar.

cataclismos de una época

Ni que cristalizes lo que más quieres,
ni que implantes tus directrices a media noche.

Yo te sigo de cerca.

Ni que el sol se apage de golpe,
ni que Barcelona se hunda a tus pies,
ni que quieras reinar en los utópicos.

Yo te sigo de cerca.

Ni que comulgues con los santos civiles,
ni que creas que has alcanzado tu felicidad.
NI que tropiezes,
ni que te equivoques,
ni que te fulminen.

Yo te seguiré de muy cerca.

martes, 9 de febrero de 2010

ni Cartago, ni la Habana, ni la Sevilla Mora.


Los bares no han cerrado.
Las calles se olvidan de dormir.

Bajando por la diagonal
quiero detenerme cada instante.
Sentirte,
respirarte
hacerte,
una vez más,
tan mía.

Tu luz,
tu encanto.
Me calas muy hondo.
¡Mujer!
fuiste gitana un dia,
tuviste y tienes más poder que los astros.
Mis ojos ya sólo lloran por ti.

No volia esperar,
no volia allunyar-me de tú.
Sempre serás meva.

Desde el candil de la luna,
he llegado a tu puerto
una vez más.
Una vegada més.

T'estimu Barcelona.

háblame del mar

Háblame del mar
de su vida
de sus horas
de su sal perdida,
de su arena desbordada.

Y si el miedo me adentra,
háblame de sus bancos de medusas,
de sus rocas crecientes,
de su líquido espinal,
de sus campos de coral.

A su orilla me acerqué
con la pretensión de contemplarlo.
Sin aliento,
me limité a pedir ayuda:
!Ayudarme a mirar!

Me quedé mudo,
mudo de belleza.

miércoles, 3 de febrero de 2010

sin impuestos de sucesión


sin plulisvalia alguna
me doy con un canto en los dientes,
me corto en pares los critales.
Con cara de galán me quedo cuando lo consigo.
En el polo norte hace demasiado frio
para derretir los ideales que me mueven.

Sigo el camino que nadie me dicta,
el que me vale,
el que tiene un final,
el que alcanzaré.

No me pidas nunca lo que no doy
No me pidas nunca lo que no soy.