custodio tus risas con un miedo de entreguerras.
Dándote el dia,
cortándote el pelo.
Sé cortar el pelo,
peinarte a lo francés.
Lavarte la cabeza
como me lavo las manos
ante los juicios justos.
Magdalena se tira del pelo,
y yo sólo hago que perder la vista
en el horizonte perpléjico de la semana.
Tanto esperpento
me termina por fulminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario