martes, 19 de enero de 2010

entre los lados y los vértices

Se buscaron cada dia durante algo más de dos minutos,
el uno al otro,
detrás de cada paso,
delante de cada jugada.

Percheros sin ropa.
Luna envenenada.

Me mirabas un segundo
como una fiera enjaulada.
Parecia que hacia siglos
que buscabas leerme la mirada.

Aún ahora,
algunos dias me despiertan tus miedos,
me duermen tus inquietudes,
me paralizan tus verdades.

Si esto es un juego,
el azar nos la ha jugado.
¡Nos han jodido!

Cortar tu falda de un solo tijeretazo,
arrebatarte lo tuyo y lo de las demás.
Filantrópicamente todo nos la suda.
Se necesitan agayas para desplumar de un sólo golpe a un jilgero.
No lo saben bien.

Te veo venir desde la acera del Liceo.
Ya no suelo juzgar la dirección artística,
la dirección dramatúrgica,
la dirección de tus pasos.

Te acercas lentamente.
Ahora si, me susurras al oido:
"Estás loco".

Así,
la noche se cierra en aguas.
Nuves sin sol,
luna envenenada.
Me adrento en ti.

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